EDUCADORES


Aqui vamos a poner información que puede resultar util para la gente que se dedica a educar a niños, adolescentes, adultos. Esperamos que sea de vuestro interes.




PRIMEROS AUXILIOS
Los primeros auxilios son aquellas medidas terapéuticas que se aplican con carácter de urgencia a las víctimas de accidentes o enfermedades de aparición repentina, hasta disponer de tratamiento especializado.
El objetivo de los primeros auxilios es aliviar el dolor y la ansiedad del herido o enfermo y evitar el agravamiento de su estado. En casos extremos, son necesarios para evitar la muerte hasta que se consigue asistencia médica.
Los primeros auxilios varían según las necesidades del paciente y según la preparación del socorrista.
"Saber lo que no se debe hacer es tan importante como saber lo que se debe hacer", porque una medida terapéutica mal aplicada puede producir complicaciones graves.
La regla de oro es "no producir más daño".
Con independencia de las lesiones ocasionadas, hay que observar una serie de normas generales:   
  • Siempre hay que evitar el pánico y la precipitación.  
  • Intentar proteger de nuevos riesgos al accidentado, así como a nosotros mismos y a los presentes.  
  • Deben evitarse los cambios de posición hasta que se determine el tipo de lesiones, de no ser que la colocación de la víctima le exponga a lesiones adicionales.  
  • Se debe tranquilizar a la víctima explicándole que ya ha sido solicitada ayuda médica.   
  • La cabeza debe mantenerse al mismo nivel que el tronco, excepto cuando exista dificultad respiratoria.   
  • Si se producen náuseas o vómitos debe girarse la cabeza hacia un lado para evitar aspiraciones.  
  • La primera actuación debe ser procurar al paciente la RESPIRACIÓN aceptable: 
    • Conseguir la desobstrucción de las vías respiratorias para evitar la asfixia, extrayendo los cuerpos extraños y retirando la lengua caída hacia atrás.
    • Si el paciente no respira por sí solo habrá que ventilarlo desde el exterior mediante respiración boca a boca hasta disponer de un dispositivo mecánico.
  • El segundo aspecto a corregir es el referente al SISTEMA CIRCULATORIO. Una valoración inicial se obtiene tomando el pulso: 
    • Esto permite valorar la frecuencia y ritmo cardiaco, y su "fortaleza" nos indica una adecuada tensión arterial. 
    • Si presenta heridas o hemorragias intente taponarlas para controlar la pérdida de sangre. 
  • No se deben administrar fármacos estimulantes, ni alcohol, ni alimentos.  
  • Explicarle qué vamos a hacer. Responder honradamente a sus preguntas para disipar sus temores. Si no sabemos una respuesta, debemos decírselo.
No debemos alejarnos de una persona si está moribunda, muy enferma o herida de gravedad. Aunque ya no podamos hacer nada, debemos seguir hablando a la víctima y sujetar su mano, jamás debe sentirse sola.
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LOS PRIMEROS AUXILIOS
Existen tres principios básicos que deben tenerse en cuenta siempre que se vaya a prestar ayuda a una persona, pero son especialmente importantes cuando se trata de ayudar a las víctimas de un accidente.
Estos principios son por orden de prioridad y responden a las siglas PAS: Proteger, Alertar y Socorrer.
1º PROTEGER.
Antes de prestar cualquier atención es necesario valorar si la escena donde está ocurriendo el incidente es segura. Se trata de "protegerse y proteger a la víctima". El objetivo es evitar que la persona que va a prestar auxilio se dañe y que no se agraven las lesiones de la víctima.
En los accidentes, especialmente en los accidentes de tráfico se deben tener en cuenta las siguientes precauciones:
  • Estacionar el vehículo fuera de la calzada en un lugar seguro.
  • Mantener encendida la señalización de emergencia.
  • Antes de bajar del coche debe colocarse el chaleco reflectante y cerciorarse de que bajar del vehículo es seguro.
  • Colocar, antes y después del accidente, los triángulos de emergencia una distancia aproximada de 150 metros.
  • Desconectar el contacto de los vehículos accidentados y asegurarlos echando el freno de mano.
  • Si existe derrame de aceite o gasolina, señalizarlo y pedir a alguien que eche tierra o arena por encima.
  • No fumar en las proximidades.
  • Si es de noche, iluminar la zona con linternas o con los faros y pedir a otros conductores que hagan lo mismo.
  • En caso de niebla extremar las medidas de señalización e iluminación del accidente.
  • Si existe fuego, y no han llegado los bomberos, intentar apagar el incendio con el extintor en polvo.
  • Salvo que la víctima esté en peligro no debe ser movilizada de la posición en la que es encontrada.
2º ALERTAR.
Una vez que se ha determinado que el lugar es seguro se debe alertar a los servicios de emergencias. En toda la Comunidad Europea funciona un número de teléfono que sirve para alertar a todos los servicios de emergencia que deben intervenir en la resolución de un incidente. Ese número de teléfono es el 1-1-2.
Cuando un ciudadano llama al teléfono 112 debe saber que se le va a solicitar una información que resulta imprescindible para:
  • Localizar el lugar donde está ocurriendo la urgencia.
  • Conocer qué tipo de urgencia se está produciendo. Si no se conoce este dato no se puede saber si además de la presencia de los servicios sanitarios, se precisan otros servicios de emergencias como son bomberos o policía.
  • Informar si existen riesgos reales o potenciales: presencia de vertidos de aceite, combustible, o tóxicos, incendio, amenaza de derrumbe, riesgos de explosión, etc.
  • Número de víctimas y estado de las mismas. Este dato es necesario para saber cuántas ambulancias deben enviarse y el tipo de ambulancia. Además, servirá para que el personal sanitario que le atiende al otro lado del teléfono proporcione los consejos sobre los primeros auxilios que debe proporcionar a la víctima.
  • Se le solicitará que mantenga la línea telefónica libre para poder contactar de nuevo y conocer como continua el estado de la víctima.
3º SOCORRER.
Esta es la finalidad principal de los primeros auxilios, pero para hacerlo correctamente previamente hace falta realizar la evaluación del herido.
  • Hay que hacer un recuento de víctimas, teniendo en cuenta que han podido salir despedidos o pueden estar atrapados en algún lugar no visible. Se debe preguntar a los ocupantes cuantos viajaban en el coche y revisar los alrededores.
  • Evitar atender primero a la persona que más grite o que tenga peor aspecto, no necesariamente será la víctima más grave.
  • Limpiar la boca del accidentado y liberarle de la ropa que pueda oprimirle.
  • Hay que observar si el herido está consciente y si respira con normalidad. Si no es así se le debe movilizar, lo menos bruscamente posible, para iniciar las maniobras de resucitación.
  • Hay que comprobar si sangra por alguna herida. Si el herido presenta una hemorragia se colocará un paño (u otra prenda) lo más limpio se presionará directamente sobre el punto sangrante durante al menos 10 minutos. Si se empapa el paño no se debe levantar sino colocar otro encima.
  • No se moverá a los accidentados a menos que corra peligro su vida.
  • Mantener al herido caliente.
  • Tranquilizar a la víctima.
  • No dejar solo al accidentado. La situación del mismo puede empeorar en poco tiempo. Si esto ocurre es necesario ponerse en contacto de nuevo con el servicio de emergencias sanitarias.
DIFERENTES SITUACIONES ANTE LAS QUE NOS PODEMOS ENCONTRAR:
1. AHOGADOS 
Se define el ahogamiento como la muerte por asfixia por penetración o presencia de agua en vías respiratorias que ocasiona una falta de oxígeno a nivel del cerebro.
Estos accidentes se producen sobre todo en verano, época estival y en el medio acuático, pero existen otras situaciones como pueden ser: pozos, acequias, lavaderos y en la bañera de las propias casas.
El mayor porcentaje de los ahogados lo constituyen los niños. También se pueden producir ahogamientos en otros medios que no sean el agua. Son medios de consistencia más o menos fluida como barro, lodo, etc. Menos habituales pero potencialmente posibles para que también puedan ocurrir accidentes y asfixia son los silos de grano de trigo o cereales en general.

Fases del ahogamiento

  • Inspiración única, profunda e intensa, generalmente, precediendo a la inmersión. 
  • Seguido inmediatamente de un estado de apnea (cese de respiración), con espasmo de glotis.   
  • Deglución refleja: ingestión de agua y aire.
  • Expulsión de aire seguida de aspiración rápida de agua.
  • Pérdida de conocimiento, convulsiones, etc.
  • Paro respiratorio y muerte.
El corazón es el último de los órganos en ceder y aunque haya perdido su capacidad pulsante, no pierde la capacidad de ser excitado (individuos que hayan estado poco tiempo sumergidos en agua) y puede ser de utilidad la respiración artificial y el masaje cardiaco.
Se habla de casos de recuperación de sujetos ahogados que han permanecido hasta 40 minutos bajo el agua (las necesidades requeridas por el organismo, posiblemente disminuyen a temperaturas más bajas).

Medida de actuación: Ante un ahogado, los pasos a seguir son los mismos que en la situación de paro cardiorrespiratorio por cualquier otra causa. En el tratamiento se incluye: la respiración artificial y el masaje cardiaco externo.
La medida terapéutica fundamental es la introducción de aire en las vías respiratorias lo más rápidamente posible, antes de que las lesiones del SNC sean irreversibles (el porcentaje de oxígeno aportado mediante la respiración artificial es suficiente a veces para mantener al sujeto en condiciones para una mejor reanimación posterior, en espera del traslado al hospital). Con el masaje cardiaco externo, conseguimos hacer llegar sangre a los órganos vitales.

El pronóstico y resultados dependen del tiempo que lleva ahogado el sujeto, de la causa inicial y de la eficacia en las maniobras de resucitación.

2. FRACTURAS Y AMPUTACIONES

La definición de una fractura viene dada como la solución de continuidad, rotura o interrupción de la continuidad de un hueso de forma traumática o espontánea, con afectación del hueso o cartílago.
En ocasiones no se ve afectado el hueso por sí sólo sino que también, se alteran las estructuras vecinas o partes blandas de sus proximidades como músculos, vasos, nervios o piel, que conforman el denominado "foco de fractura".
Explicamos a continuación algunos modelos de clasificaciones para una mejor compresión de las fracturas, su tratamiento inicial y evolución. 
  • Directas: el hueso se fractura en el lugar donde se ha producido el traumatismo. 
    • Por un golpe fuerte: patada, golpe sobre un hueso con un objeto contundente, etc. 
    • Por aplastamiento: caída a cierta altura o impacto del agente causante sobre la persona. 
  • Indirectas: el traumatismo y la fractura no coinciden en la localización. Una caída sobre el suelo con la mano o la rodilla pueden originar la fractura en el extremo distal del hueso con referencia al punto de contacto. 
  • Espontáneas: el traumatismo es desproporcionado, incluso puede pasar desapercibido. En los ancianos, un golpe de intensidad mínima puede originar una fractura por el déficit de calcio existente en sus huesos. Suelen tener origen en patologías previas condicionantes del estado óseo.
Según su aspecto externo: 
  • Abiertas o complicadas: el hueso aparece a través de la piel. La puerta de entrada en contacto con el exterior puede infectarse y por tanto complicar la fractura. 
  • Cerradas o simples: la piel está íntegra. No se expone a la infección.
  • Sin desviación o no desplazadas: no hay deformidad exterior.  
  • Con desviación o desplazadas: la deformidad es evidente.
Según el foco de fractura: 
  • Conminuta: el hueso se ha roto en más de dos fragmentos. 
  • En tallo verde: se dan en niños, de forma incompleta, por la elasticidad de los huesos. 
  • Simples: una línea de interrupción.
Según el mecanismo de producción: 
  • Por arrancamiento: accidentes graves que suelen afectar a más partes del cuerpo como tendones, músculos, nervios... 
  • Por flexión: es mayor la fuerza causante del traumatismo que la elasticidad del hueso.
  • Por deslizamiento: ocasionadas por agentes o fuerzas que actúan en sentido contrario. 
  • Por aplastamiento: de causa directa. Por traumatismos de gran fuerza.
  • Por torsión: el hueso no sigue a las partes blandas por falta de elasticidad en el mecanismo de producción de la fractura. 
  • Por sobrecarga o fatiga: por estrés, movimientos o gestos muy repetidos (fractura del segundo metatarsiano en marchas militares).
Síntomas generales:
  • Traumatismo previo, salvo las espontáneas. 
  • Chasquido o ruido característico. 
  • Heridas, asimetrías, deformidades.
  • Movilidad alterada, anormal. 
  •  Impotencia funcional, inflamación, equimosis (acúmulos de sangre precoces por roturas de vasos). 
  • Dolor (aumenta con movimientos, al tocar la zona y no se calma espontáneamente). 
  • Posicionamiento del miembro o zona de la fractura intentando evitarlo.
 En la CABEZA los síntomas pueden ser... 
  • Pérdida de conciencia: conmoción cerebral (se ha recuperado habiendo existido pérdida de conciencia). 
  • Fracturas de la bóveda: acúmulo de hematomas con focos neurológicos (por compresión hacia el interior), ocasionando una determinada clínica neurológica. 
  • Fracturas de la base del cráneo: Otorragias (salida de sangre por el pabellón auditivo). Epistaxis (salida de sangre por la nariz). 
  • Fracturas de huesos de la cara: de huesos propios. Desviaciones de tabique. La fractura de mandíbula origina dificultades para la masticación.
En el TRONCO los síntomas pueden ser... 
  • Impotencia funcional: omoplato, clavícula. 
  • Si son las costillas: Dificultad respiratoria con los movimientos, con la tos, con esfuerzos y posible lesión de la pleura pulmonar.
En EXTREMIDADES los síntomas pueden ser...
Son casos muy específicos.
Tratamiento general de las fracturas:  
  • Valorar el estado general del enfermo, no desplazando a la víctima de un lugar a otro. Si hay riesgo vital, posponer la ayuda en la fractura. No se debe actuar en primera instancia sobre la zona lesionada y olvidarse de las constantes vitales del paciente. Ante todo accidentado, lo primero que hay que tener en cuenta es la existencia de respiración espontánea y de pulsos periféricos.  
  • Buscar las posibles lesiones asociadas (otras fracturas, traumatismos abdominales). 
  • Buena inmovilización con un entablillado rígido, férulas neumáticas o vendas enyesadas.
Se utiliza aquello de lo que se disponga. En fracturas de dedos de la mano, basta con un lapicero. Dependiendo de las circunstancias, se utilizará lo más apropiado. Si la fractura es de antebrazo, codo, mano o dedos se colocará un cabestrillo. Si es posible, colocar el miembro fracturado en elevación.
Las férulas colocadas deberán quedar bien fijadas y almohadilladas para evitar lesiones de la piel. Una vez realizada una buena inmovilización, se puede proceder al traslado.
Si se sospecha una fractura de alguna de las vértebras hay que evitar movimientos bruscos y movilizar al paciente en bloque, para evitar lesiones más graves. Si tenemos dudas es preferible no tocarle hasta que llegue una ambulancia con medios suficientes.
 

Tratamiento en el lugar del accidente:
  • Si es cerrada
    • Enderezar las fracturas muy anguladas, NO REDUCIR. 
    • Entablillamiento y vendaje compresivo (colocar almohadillado con apósitos y/o algodón para evitar lesiones de la piel, úlceras, escaras, etc.). 
    • Traslado. Si es fractura de extremidades inferiores, es preferible llevarlos en camilla. 
  • Si es abierta
    • Controlar hemorragias con vendajes compresivos. 
    • Apósitos estériles. 
    • No introducir restos óseos. 
  • En ambos casos:  
    • Control de pulsos periféricos antes y después de vendajes compresivos. 
    • Observar que no se inflaman los dedos de las extremidades ni se quedan fríos y adquieran un tono azulado con dolor y rigidez (vendaje muy apretado que impide la circulación).
 3. HEMORRAGIAS 

Denominamos hemorragias a la salida de la sangre de los vasos que normalmente la contienen, existiendo tres tipos: 
  • Externa, si sale fuera de nuestro organismo. 
  • Interna, cuando la sangre queda dentro de nuestro cuerpo. 
  • Exteriorizada, cuando sale fuera del organismo a través de sus orificios naturales.  
Dependiendo del vaso sanguíneo lesionado, podemos clasificar las hemorragias de la siguiente forma: 
  • Hemorragia arterial: cuando se secciona una arteria y vemos salir la sangre a borbotones coincidiendo con cada latido del corazón, siendo de un color rojo brillante. 
  • Hemorragia venosa: cuando se secciona una vena, la sangre sale de forma continua y sin fuerza, la sangre es de color granate. 
  • Hemorragia capilar: son hemorragias por lo general de poca cuantía, dado el fino calibre de estos vasos. Una hemorragia de cuantía superior a 500 cc en pocos minutos puede poner en peligro la vida si no se actúa inmediatamente.
Ante una hemorragia visible, conviene taponar la herida y trasladar al enfermo a un centro sanitario lo antes posible. Si se hiciesen torniquetes, no se recomienda que pase más de una hora, porque existe riesgo de amputación. 

En caso de hemorragia nasal:   
  • Siéntese y apriete suavemente la porción blanda de la nariz entre los dedos pulgar e índice (de tal manera que las fosas nasales estén cerradas) durante 10 minutos completos. 
  • Inclínese hacia adelante para evitar tragar sangre y respire por la boca. 
  • Espere al menos 10 minutos antes de verificar si el sangrado se ha detenido. Asegúrese de esperar el tiempo suficiente para que el sangrado se detenga.

La aplicación de compresas frías o de hielo sobre el puente nasal puede ayudar. NO tapone el interior de la nariz con gasa.
No se recomienda acostarse mientras se está presentando una hemorragia nasal. Se debe evitar aspirar o sonarse la nariz durante varias horas después de la hemorragia. Si la hemorragia persiste, algunas veces, se puede emplear un descongestionante nasal en aerosol (Afrin, NeoSynephrine) para sellar pequeños vasos y controlar el sangrado.
4. HERIDAS
Denominamos heridas a las soluciones de continuidad que se producen en la piel o en cualquiera de nuestros órganos internos, ocasionadas por cortes o traumatismos.


Clasificación de las heridas

Según el mecanismo de producción y el agente causal, podemos clasificar las heridas en: 
  • Incisas: producidas por corte con objetos afilados. 
  • Contusas: originadas por contusión por objetos. Se producen cuando la fuerza del impacto supera la elasticidad de la piel. 
  • Especiales: mixtas o incisocontusas, punzantes, por mordedura, con arrancamiento, etc.
¿Qué no debemos hacer?   
  • No utilizar algodón, alcohol ni pomadas.   
  • No extraer los objetos enclavados.  
  • No hurgar en las heridas.   
Tratamiento de heridas simples:
Son principalmente las erosiones, abrasiones y las soluciones de continuidad de la piel poco profundas. 
  • Quitar todos los objetos que compriman o contaminen la herida, como las ropas, pulseras, anillos, etc. 
  • Lavarse las manos de forma concienzuda con agua y jabón. Lavar la herida con abundante agua y jabón en dirección contraria a cómo se produjo el rozamiento. Realizar compresión y, si es posible, elevación del miembro, hasta que deje de sangrar. 
  • Colocar un apósito o vendaje compresivo, teniendo en cuenta que no comprima demasiado y actúe como un torniquete. 
  • Remitir al médico para valoración.

  Tratamiento de heridas graves o penetrantes:  

  • Taponar la herida con gasas limpias o con compresas estériles si se dispone de ellas. 
  • Colocar un vendaje ligeramente compresivo. Si el apósito se mancha de sangre, colocar otro encima y elevando el miembro. 
  • Trasladar a la persona a un centro hospitalario.

Tratamiento de heridas torácicas: 

  • Colocar al paciente sentado o acostado sobre el lado herido, cabeza y hombros algo incorporados, evacuándolo de esta manera. 
  • Cubrir la herida con varias capas de compresas grandes a ser posible, estériles. 
  • No dar de beber ni de comer.

  Tratamiento de heridas abdominales: 

  • Controlar las funciones vitales. 
  • Si es abierta con salida de vísceras, nunca reintroducirlas porque se corre peligro de provocar infecciones. Aplicar encima compresas estériles húmedas. 
  • No retirar objetos enclavados. 
  • Realizar compresión para cohibir la hemorragia que, por lo general, suele ser pequeña. 
  • Actuar con suma limpieza para evitar infecciones. 
  • Traslado urgente en posición de seguridad, es decir, en la posición de decúbito con las piernas flexionadas.
  • No dar de beber ni de comer.

5. HERIDAS EN OJOS Y CUERPOS EXTRAÑOS

Cuerpos extraños son aquellos objetos exteriores al cuerpo que vienen a contactar, albergarse o introducirse en nuestro organismo.
Según la naturaleza y localización en el organismo de estos cuerpos extraños, se producirán una serie de alteraciones.
Las principales localizaciones son las siguientes: 
  • Ojos
Son muy frecuentes los cuerpos extraños producidos en el ámbito laboral debido a proyección de partículas de hierro, madera y polvo.
Los clasificamos en:  
    • Superficiales o de contacto: si se localizan en la parte anterior del ojo, mediante una buena iluminación y una vez localizados, se pueden extraer con una gasa o borde de pañuelo humedecido. Cuando se localizan en zonas ocultas, pero sospechamos su presencia, se debe enviar al paciente a urgencias o a ser valorado por un oftalmólogo. 
    • Enclavados: los cuerpos extraños enclavados en la superficie del ojo nos abstendremos de extraerlos, y trasladaremos al accidentado a un centro hospitalario. 
    • Ácidos, álcalis, caústicos: con urgencia deberemos lavar el ojo con agua. La aplicaremos a chorro y en gran cantidad, con el objeto de lograr la eliminación del tóxico. El tiempo durante el que se mantendrá la irrigación del ojo, deberá ser superior a los 10 minutos con los párpados retraídos al máximo. Es imprescindible evitar la aplicación de cualquier tipo de colirio sobre el ojo o frotar los párpados. 
  • Oídos
Los cuerpos extraños normalmente se localizan en el conducto auditivo externo, al estar éste separado del conducto auditivo interno por la membrana timpánica.
Los cuerpos extraños que podemos encontrar en esta localización pueden ser de distinto tipo:  
    • Objetos minerales. 
    • Objetos vegetales. 
    • Seres vivos, como insectos.
Actuaremos sólo en el caso de poder visualizarlos perfectamente.
Se pueden extraer mediante un gancho especial, nunca con pinzas.
En caso de no visualizarse o tener dudas, la conducta a seguir será el traslado del paciente a un centro hospitalario.
  •  Nariz
 Es en las zonas o comunicación de la fosa nasal con la boca, donde se pueden alojar diversos cuerpos extraños.
Dan lugar a epistaxis (hemorragia por la nariz), infecciones, fetidez, secreción muco-purulenta (en el caso de haber transcurrido algún tiempo).
Si el cuerpo extraño es de reciente introducción, se puede expulsar taponando la fosa nasal sana y tratando de expeler fuertemente el aire por la fosa donde se localiza el cuerpo extraño.
Si esta medida no es efectiva, la conducta a seguir es la de abstenerse de realizar cualquier maniobra y trasladar al paciente al centro más próximo. 
  • Boca
Lo más frecuente es encontrar clavados espinas, huesecillos o cáscaras de pipas.
Deberemos localizar el cuerpo extraño mediante la apertura de la boca, deprimiendo la lengua y mediante una buena iluminación, proceder a su extracción con unas pinzas pequeñas en caso de estar situado en una zona accesible.
Si no se visualiza el cuerpo extraño se remite al paciente a urgencias. 
  • Piel
 Pueden encontrarse cuerpos extraños enclavados de forma superficial o profundamente alojados.
    • Los superficiales, se pueden extraer mediante unas pinzas, previa desinfección de la piel. 
    • Los profundos, no intentaremos su extracción, simplemente se inmovilizará la zona afectada y se trasladará al paciente para su exploración en un centro hospitalario.
Como cuerpo extraño, también podemos considerar los anillos que no se pueden retirar de los dedos, en el caso de heridas o inflamaciones en las manos.
En estos casos, es urgente su retirada.
Se intentará, mediante la aplicación abundante de jabón o gel líquido alrededor del anillo, tirando posteriormente de él hacia abajo.
En caso de no lograrlo, se procederá a trasladar al paciente a un centro hospitalario. 

6. INTOXICACIONES
Intoxicación es el efecto consecutivo a la introducción en el organismo de una sustancia tóxica.
Consideramos como tóxicos, todos aquellos productos que, una vez absorbidos, son capaces de alterar en sentido nocivo las funciones vitales del organismo.
Para que una sustancia ejerza su acción tóxica sobre el organismo, debe ser absorbida. Su penetración puede realizarse por distintas vías: 
  • Digestiva: intoxicación por ingestión. 
  • Pulmonar: intoxicación por inhalación. 
  • Cutáneo-mucosa: intoxicación por inoculación.

  Medidas para prevenir la intoxicación:  

  • Guardar las medicinas y todas las sustancias tóxicas fuera del alcance de los niños. 
  • No guardar estas sustancias junto a los alimentos. 
  • Guardar las sustancias tóxicas en sus envases originales, sin cambiarlos y colocándoles siempre, las correspondientes etiquetas de peligro. 
  • Destruir las medicinas o sustancias tóxicas que estén fuera de uso. 
  • En caso de productos químicos, leer las instrucciones y seguirlas meticulosamente.

Síntomas generales de la intoxicación:

  • Trastornos digestivos:
    • Dolores de estómago 
    • Náuseas 
    • Vómitos
  • Trastornos nerviosos 
    • Vértigos 
    • Síncopes 
    • Delirio 
    • Abatimiento
  • Escalofríos y sudores

  Intoxicaciones más frecuentes:

  • Por ácidos y álcalis
Las sustancias ácidas más comunes son: 
    • Ácido clorhídrico 
    • Ácido sulfúrico 
    • Ácido nítrico 
    • Ácido fluorhídrico
Éstos ácidos lesionan fundamentalmente la mucosa gástrica.
Las sustancias alcalinas más comunes son:
·         Hidróxido de sodio o de potasio (lejía)
·         Hipoclorito sódico
·         Carbonato de sodio (detergente)
·         Permanganato de potasio
·         Amoniaco
·         Agentes para lavaplatos
·         Cemento
En estos casos no se debe provocar el vómito, ya que al ser sustancias cáusticas, podríamos provocar quemaduras en vía digestiva y respiratoria.

Como tratamiento tenemos: 
      • Con ambas sustancias, diluir con leche o agua inmediatamente (30 ml en niños o 250 ml en adultos). La neutralización con agentes ácidos o alcalinos está contraindicada. No olvidar que sólo podemos diluir en el caso de que el paciente pueda tragar. 
      • Contraindicado el lavado gástrico. 
      •  En el caso de estar afectada la mucosa ocular o piel, lavar. 
      • Si además hay intoxicación inhalatoria, retirar al paciente inmediatamente a otro ambiente, y si lo precisa, administrar respiración artificial u oxigenoterapia.
  • Por medicamentos 
    • Se produce de manera accidental o bien con fines suicidas. 
    • Los síntomas pueden ser muy variados a tenor del producto o productos ingeridos. 
    • No hay que olvidar que puede darse el caso de combinar varias sustancias de diferente acción tóxica, dando lugar a una patología más compleja.
La actuación a seguir es la siguiente: 
    • Identificar el fármaco. 
    • Provocar el vómito. 
    • Trasladar al intoxicado al hospital, procurando llevar el envase del producto sospechoso.
  • Monóxido de carbono 
    • Este gas inodoro se produce por la mala combustión de estufas, gas, motores de explosión, etc. 
    • El gas se absorbe muy rápidamente a nivel pulmonar, y los síntomas que puede producir son confusión, somnolencia, vómitos...
La actuación a seguir es la siguiente: 
      • Parar los motores o bien cortar el gas. 
      • Evitar toda chispa (cigarrillos, timbre, teléfono, etc.) con el objeto de evitar explosiones o incendios. 
      • Airear y ventilar de la mejor manera posible. 
      • El socorrista deberá protegerse del gas mediante un pañuelo húmedo en boca y nariz, procurando que otra persona se quede fuera del ambiente tóxico, en previsión de complicaciones. 
      • Sacar al intoxicado del lugar donde se encuentra en contacto con el CO2, aflojarle las ropas y realizar la respiración artificial y reanimación cardiaca, si fuera preciso. En el caso de disponer de oxígeno, éste se aplicará al 100%.

Tratamiento de las intoxicaciones:

Ante un intoxicado, debemos seguir los siguientes pasos: 
  • Identificar el tóxico


En primer lugar, debemos tratar de averiguar a través de informaciones de compañeros, familiares o incluso del intoxicado, si está consciente, con qué producto o sustancia ha estado en contacto y su cantidad.
En muchos casos, el hallazgo de frascos vacíos de medicamentos o bien datos relativos al ambiente (escape de gas, humos, etc.) nos pueden servir de orientación. 
  • Evitar la absorción del tóxico

Cada intoxicación tiene un tratamiento diferente, siempre condicionado por el tóxico que la ha producido. Pero en general, debemos, en primer lugar, evitar su absorción a través de las vías que hemos visto anteriormente:
» Por vía digestiva:
Intoxicaciones producidas generalmente por tomar alimentos en malas condiciones, o bien, ingesta accidental de un producto del que no se sospecha su toxicidad. En general, la pauta a seguir es la siguiente: Provocar el vómito.
No se debe provocar el vómito:
·   Si el intoxicado está inconsciente.
·   Si hay convulsiones, por peligro de aspiración y broncoespasmo.
·   Si se ha ingerido productos cáusticos o ácidos, por peligro de perforación.
·   Si se ha ingerido petróleo o derivados u otros productos muy volátiles.
·   Intoxicaciones por productos que tienden a producir coma rápidamente (barbitúricos de acción corta), o convulsiones (propoxifeno, alcanfor, isoniácida, estricnina), en menos de 30 minutos.
·    Lactantes menores de 6 meses.
·    Cuerpos extraños en vías aéreas.
También se puede realizar un lavado de estómago. Este tratamiento se realiza solamente por el médico o una persona especializada.
» Por vía cutánea:
La medida fundamental es el lavado meticuloso de la piel o mucosa con abundante agua durante 30 minutos, por lo menos.
Si la exposición es extensa, colocar a la persona bajo una ducha, lavar el cabello con champú, limpiar las uñas y el ombligo e irrigar los ojos.
» Por vía pulmonar:
La primera acción es la de separar a la persona intoxicada de la zona donde esté respirando el tóxico.
7. LESIONES POR CALOR O FRÍO

Efectos del calor 

  • Agotamiento por calor: se produce cuando se realiza ejercicio intenso a temperatura y humedad elevadas. 
  • Golpe de calor: le favorecen factores como la edad (ancianos y niños), medicamentos y falta de entretenimiento para ejercicios en ambientes desfavorables. 
  • Insolación: un estado inicial de golpe de calor es la insolación, en la que aparecen dolores de cabezavértigos y mareos tras una larga exposición al sol en personas poco habituadas.

  Efectos del frío 

  • Determinar la gravedad: la exposición del organismo a las bajas temperaturas conlleva la producción de lesiones locales (congelaciones) y generalizadas (hipotermia). 
  • Congelaciones: son aquellas lesiones producidas por enfriamiento progresivo que afectan a partes localizadas del organismo (pies, manos, orejas,...). 
  • Hipotermia: enfriamiento generalizado del cuerpo en el que la temperatura interna desciende por debajo de los 34ºC.

8. MANIPULACIÓN Y TRANSPORTE DE HERIDOS

En la asistencia a un accidentado, es prioritario y fundamental para evitar graves complicaciones, un correcto y adecuado manejo y transporte del herido, observando detenidamente todas aquellas maniobras que a continuación pasamos a describir.

Movilización

Existen varias maneras de abordar a un accidentado, según el número de personas que realicen el rescate.
Si nos encontramos solos, la manera más apropiada para movilizar a una persona herida, será arrastrarle de las axilas o de los pies, según las posibilidades y el tipo de lesión, y siempre teniendo en cuenta de no romper su eje central.
Si podemos ayudarnos de un número suficiente de rescatadores (4-5 personas), se puede efectuar de diferentes maneras, siendo las más sencillas: 
  • Método de cuchara: consiste en que los rescatadores elevan a la víctima arrodillados a un lado y la atraen hacia sí, respetando su eje, tal como explican las figuras adjuntas. Siguiendo esta maniobra de la colocación inmediata en un medio de transporte convencional (camilla). 
  • Método del puente holandés: se trata de elevar a la víctima, colocados los rescatadores en puente por encima de ella, a la vez que se introduce por debajo una camilla o medio de transporte rígido (puerta) que respete su eje sin posibilidad de movimiento.

  Traslado

Una vez conseguida la movilización, procederemos a su traslado, vigilando cualquier complicación que pudiera surgir en el mismo.
La posición en la que lo efectuaremos dependerá de las lesiones que sufra el accidentado, existiendo las siguientes posibilidades: 
  • Decúbito supino: para lesiones vertebrales, fracturas y RCP.
  • Decúbito supino con piernas elevadas: en casos de shock y parada cardiorrespiratoria.
  • Decúbito supino con cabeza elevada: en traumatismos craneoencefálicos y accidentes cerebrovasculares. 
  • Decúbito lateral izquierdo: en personas inconscientes sin lesión medular. 
  • Semisentado: en heridas torácicas abiertas y cerradas. 
  • Decúbito supino con piernas dobladas: en heridas abdominales.
Solo se debe manipular a un accidentado en caso de que se trate de un socorrista experimentado y cuando el lesionado esté estabilizado. 

Como norma, nunca se retirará al accidentado del lugar del suceso hasta que no existan medios adecuados para hacerlo y hayan llegado las asistencias. 

El traslado se hará de forma urgente cuando exista peligro de fuego o explosión y corran más peligro, tanto el accidentado como la persona que asiste, al permanecer en el lugar del accidente. 

El rescate puede ser simple o complicado, cuando el accidentado se encuentra atrapado por una máquina, escombros, etc., necesitándose entonces, un equipo especializado para poderlo efectuar. 

El rescate simple lo podemos efectuar con nuestras propias manos, sin necesidad de objetos especiales. Siempre que procedamos a movilizar a un accidentado, debemos tener muy presente la posibilidad de fracturas en la columna vertebral que puedan dañar la médula espinal, con las consecuencias irreparables que ello produciría. Por este motivo, consideramos a la persona como si fuera un eje rígido, manteniendo siempre inmovilizados y en su correspondiente alineación, la cabeza, tronco y extremidades, evitando cualquier flexión o torsión de su columna vertebral.

9. PARO CARDÍACO

Lo primero que debemos valorar en la asistencia inmediata a un accidentado es el estado de su respiración, circulación y el nivel de conciencia. La inconsciencia es la señal de alarma para iniciar las maniobras de RCP.
·         Asegúrese de que usted, la víctima y otras personas están seguros.
·         Compruebe la respuesta de la víctima.
·         Sacuda suavemente sus hombros y pregunte en voz alta:"¿Se encuentra bien?"
  • Si responde: 
    • Déjele en la posición en la que le encontró, siempre que no exista mayor peligro. 
    • Trate de averiguar qué problema tiene y consiga ayuda si se necesita. 
    • Reevalúelo con regularidad.
  • Si no responde, grite pidiendo ayuda y... 
    • Coloque a la víctima boca arriba. 
    • Abra la vía aérea usando la maniobra frente-mentón:  
      •  Coloque su mano sobre la frente. 
      • Incline suavemente su cabeza hacia atrás. 
      • Sitúe la yema de sus dedos bajo el mentón de la víctima 
      • Eleve el mentón para abrir la vía aérea.
En los primeros minutos de una parada cardiaca, una víctima puede estar respirando mal o presentar boqueadas, lentas y ruidosas. No confunda esto con la respiración normal.
Si tiene alguna duda acerca de si la respiración es normal, actúe como si no fuese normal.
  • Si respira normalmente: 
    • Colóquelo en la posición de recuperación (vea abajo). 
    • Envíe o vaya a por ayuda. 
    • Llame al 112 o al 061, solicitando una ambulancia. 
    • Continúe valorando que la respiración se mantiene normal.
  • Si la respiración no es normal o está ausente: 
    • Envíe a alguien a por ayuda y a por un desfibrilador externo automático (DEA) si está disponible. 
    • Si está solo, utilice su teléfono móvil para alertar al servicio de emergencias. 
    • Deje sola a la víctima únicamente cuando no haya otra opción.
Inicie la compresión torácica como sigue: 
  • Arrodíllese al lado de la víctima. 
  • Coloque el talón de una mano en el centro del pecho de la víctima, es decir, en la mitad inferior del hueso central del pecho o esternón. 
  • Coloque el talón de la otra mano encima de la primera. 
  • Entrelace los dedos de sus manos y asegúrese de que la presión no se aplica sobre las costillas de la víctima. 
  • Mantenga sus brazos rectos. 
  • No haga presión sobre la parte alta del abdomen o la parte final del esternón. 
  • Colóquese verticalmente sobre el pecho de la víctima y presione hacia abajo sobre el esternón al menos 5 cm (pero no más de 6 cm). 
  • Después de cada compresión, libere toda la presión sobre el pecho sin perder contacto entre sus manos y el esternón. 
  • Repita a una velocidad de al menos 100 por min (pero no más de 120 por min). La compresión y descompresión debieran durar el mismo tiempo.
Combine las compresiones torácicas con respiraciones de rescate: 
  • Después de 30 compresiones, abra la vía aérea de nuevo usando la maniobra frente-mentón. 
  • Pince la parte blanda de la nariz cerrándola, usando el dedo índice y el pulgar de la mano que tiene sobre la frente. 
  • Permita que la boca se abra, pero mantenga el mentón elevado. 
  • Inspire normalmente y coloque sus labios alrededor de la boca, asegurándose de que hace un buen sellado. 
  • Saque el aire insuflándolo firmemente en el interior de la boca mientras observa que el pecho se eleva, durante alrededor de 1 segundo como en una respiración normal. Esto es una respiración de rescate efectiva. 
  • Manteniendo la maniobra frente-mentón, retire su boca de la víctima y observe que el pecho desciende conforme el aire sale. 
  • Tome aire normalmente otra vez y sople en la boca de la víctima una vez más para conseguir un total de dos respiraciones de rescate efectivas. 
  • Las dos respiraciones no debieran durar más de 5 segundos en total. 
  • Luego vuelva a poner sus manos en la posición correcta sobre el esternón y dé 30 compresiones más. 
  • Continúe con las compresiones torácicas y las respiraciones de rescate en una relación de 30:2.
Pare para reevaluar a la víctima sólo si comienza a despertarse: se mueve, abre los ojos y respira normalmente. En otro caso, no interrumpa la resucitación.
Si su respiración de rescate inicial no hace que el pecho se eleve como en una respiración normal, entonces, antes de su siguiente intento:
·         Mire dentro de la boca de la víctima y resuelva cualquier obstrucción.
·         Reevalúe que la maniobra frente-mentón es adecuada.
·         No intente más de dos respiraciones cada vez antes de volver a las compresiones torácicas.
Si está presente más de un reanimador, otro reanimador debería reemplazar la ejecución de la RCP cada 2 minutos para evitar la fatiga.
Asegúrese que la interrupción de las compresiones torácicas es mínima durante el relevo de los reanimadores.
La RCP con sólo compresiones torácicas puede usarse como sigue:
· Si usted no está entrenado o no desea dar respiraciones de rescate, dé sólo compresiones torácicas. Son recomendables las respiraciones, sobre todo en niños, porque la mayoría de las paradas en niños se producen por causas respiratorias.
·  Si sólo se dan compresiones torácicas, éstas deberían ser continuas, a una velocidad de al menos 100 por min (pero no más de 120 por min).
No interrumpa la resucitación hasta que:
·   Llegue ayuda profesional y le reemplace, o...
·   ... la víctima comience a despertar: se mueva, abra los ojos y respire normalmente, o usted quede exhausto.

Posición lateral de seguridad (PLS)

Es la postura estándar de espera y transporte para un accidentado inconsciente:
  • Evita que en caso de producirse vómitos, estos sean aspirados a las vías respiratorias.
  • Evita también que la lengua obstruya las vías aéreas.
  • Permite valorar la respiración y el pulso.
  • Esta postura es totalmente estable, es decir, el lesionado no "rodará" porque está "anclado con el codo y la rodilla.
Para colocar a un paciente en PLS:
  • Arrodíllese a un costado de la víctima y estire hacia atrás el brazo más cercano a usted.
  • A continuación, flexione por la rodilla la pierna más lejana.
  • Coja al accidentado con una mano por la muñeca del brazo que no ha movido, y con la otra, por la rodilla flexionada, tirando hacia usted con suavidad.
  • Apoye en el suelo el brazo y la pierna sobre los que ha traccionado.
  • Reajuste la posición de la cabeza y permanezca junto a la víctima vigilando las constantes vitales.
10. QUEMADURAS

Son las lesiones locales y generales producidas por la acción del calor sobre el organismo.

Los tejidos cuando se calientan por encima de 45-50ºC comienzan a alterarse y si esta situación se prolonga durante más tiempo puede provocar una quemadura, cuya gravedad dependerá de la intensidad, la fuente de calor y del tiempo de exposición.

Si las temperaturas son altas (por encima de 70ºC), la quemadura aparece inmediatamente.

Las quemaduras suponen un 5% de las causas de muerte y es importantísimo su tratamiento inicial, pues su evolución depende de lo que hagamos en un primer momento.

Clasificación de las quemaduras

Las quemaduras se clasifican según la fuente que origina el calor:
» Termales: producidas por:
  • Líquidos (agua hirviendo)
  • Sólidos (plancha doméstica)
  • Fuego
» Químicas: son aquellas producidas por sustancias corrosivas o cáusticas (ácidos).
» Eléctricas: cuando la corriente eléctrica pasa por nuestro cuerpo (arco voltaico).
» Radiaciones: producidas por la acción de ciertas ondas electro-magnéticas (rayos UVA).


¿Cómo valorar la gravedad de una quemadura?

La gravedad de una quemadura depende de la profundidad de la misma y de la superficie corporal quemada.
Las heridas por quemaduras se clasifican en tres grados:
» Primer grado 
  • Son las más superficiales que afectan únicamente a la capa más externa de la piel. 
  • Se caracterizan por un enrojecimiento dermatológico, que se torna doloroso y ligeramente edematoso. 
  • Este tipo de quemaduras no dejan secuela. Un ejemplo de quemadura de primer grado es el eritema solar, muy frecuente en los bañistas que han estado expuestos al sol más tiempo del debido.
» Segundo grado 
  • Son más profundas que las de primer grado y afectan a la dermis en profundidad. 
  • Su característica fundamental es la aparición de ampollas rellenas de un líquido claro que es suero. 
  • Son muy dolorosas y tienden a la epitelización y a la reparación espontánea sin secuelas. 
  • Dentro de las de segundo grado, se pueden distinguir dos tipos: 
    • Superficiales: en las que se respetan las papilas epidérmicas. Son muy dolorosas y forman ampollas. 
    • Profundas: en las que sólo se respetan elementos epidérmicos de anejos (folículos pilosos, por ejemplo), no forman ampollas y suelen dejar secuelas más frecuentemente.
» Tercer grado 
  • Destruyen todo el espesor de la piel, por lo que también se las conoce como quemaduras de grosor total. 
  • Su aspecto es pálido, apareciendo zonas de tejidos y vasos coagulados. 
  • Pueden causar, según la intensidad, escaras e incluso costras negruzcas debido a verdaderas carbonizaciones de los tejidos. 
  • Al destruirse los receptores nerviosos y los nervios, no son dolorosas. 
  • Lo más habitual es que estén rodeadas de áreas de quemaduras de segundo o primer grado y, generalmente, dejan secuelas que en determinados casos pueden ser muy mutilantes. 
  • La extensión de las quemaduras es un importante factor a considerar en la valoración de su severidad, para determinarla, se utiliza una regla muy sencilla, la regla de los nueves, en la que se divide la superficie corporal en áreas que suponen el 9% o múltiplos del mismo, estimándose: 
    • Cabeza y cuello 9% 
    • Brazo 9% 
    • Cara anterior de tórax y abdomen 18% 
    • Espalda y nalgas 18% 
    • Pierna 18% 
    • Genitales 1% 
    • También puede ayudar en determinados supuestos el hecho que la palma de la mano suponga aproximadamente un 1% de la superficie corporal total.

¿Qué debemos hacer?

La asistencia de primeros auxilios en caso de quemaduras la fundamentaremos en los siguientes puntos:
» Apartar al individuo del agente calórico. 
  • Para ello es necesario que apaguemos las llamas, quitemos posibles materiales incandescentes, etc.
» Contrarrestar sus efectos. 
  • Debemos, a continuación, enfriar las zonas quemadas con cualquier líquido. 
  • Cualquier método de enfriamiento de la zona afectada puede ser bueno, con tal de que se disponga de él rápidamente, pero lo más aconsejable es AGUA.
» Realizar una valoración general. 
  • Valorar el nivel de conciencia. 
  • Asegurar una buena función cardiorrespiratoria, examinando la mucosa oral y nasal para buscar signos de inhalación y asegurando la permeabilidad de la vía aérea y la circulación sanguínea. 
  • Tener en cuenta las indicaciones al tratar de la posibilidad de la reanimación cardiopulmonar (RCP), si se plantea la situación. 
  • Valoración y tratamiento de lesiones asociadas como fracturas o hemorragias, entre otras.
» Cubrir la zona quemada. 
  • Toda quemadura establecida se comporta como una herida y está sometida a las mismas complicaciones que éstas, en especial la infección. 
  • Por eso, es importantísimo proteger las zonas quemadas cubriéndolas con apósitos estériles si se tienen a mano o en su defecto, sirve cualquier trapo limpio.
» Trasladar urgentemente al accidentado. 
  • Toda víctima de quemaduras debe ser vista por un médico.
Cuando estas quemaduras son importantes, corre serio peligro la vida del accidentado y debemos trasladarlo urgentemente a un centro asistencial.

¿Qué no debemos hacer en caso de quemaduras?

  • Administrar líquidos orales.
  • Quitar las ropas adheridas a las zonas quemadas (hay que cortarlas alrededor).
  • Pinchar las ampollas
  • Aplicar pomadas, ungüentos u otras sustancias de entrada, que impidan que salga el calor de la quemadura.

11. TRAUMATISMOS Y FRACTURAS DE COLUMNA

Se trata de lesiones de los tejidos producidas por la acción de traumatismos de diferente causa e intensidad.

Tipos de traumatismos y fracturas:

Ø  Traumatismos y fracturas craneales

Pueden ser abiertos o cerrados. Con o sin fractura craneal.
·  Conmoción: queda inconsciente el accidentado pero tiende a la recuperación espontánea. Existe amnesia parcial (no recuerda lo sucedido).
·    Contusión: suele haber pérdida de conciencia y signos neurológicos, acompañados de lesión cerebral.
·    Compresión: ocasionado por hematomas cerebrales y hemorragias en el interior del cráneo.

Los síntomas pueden ser pérdida de la conciencia de más o menos duración, pérdida de la memoria de antes y/o después del accidente, otorragias, epistaxis o equimosis detrás del pabellón auditivo o alrededor de los ojos, dificultad o imposibilidad para mover alguna extremidad, pérdida de visión, etc...

Ø  Fracturas en columna vertebral cervical

El origen son golpes sobre columna vertebral directos.
Pueden producir parálisis de extremidades e incluso la muerte, si afectan a la médula espinal.
No se debe cambiar al accidentado de posición, a no ser que se observe dificultad de movimientos respiratorios.
Si se sabe, se puede inmovilizar el cuello con un collarín o férula cervical o bien, fijar la cabeza a la camilla con almohadilla y vendas, fijando a la vez tronco y miembros para evitar cualquier movimiento.
En el caso de que no quede más remedio que mover al accidentado, se le debe movilizar como si fuera un bloque compacto, al menos entre tres personas (una sujetando cuello y cabeza y las otras dos el cuerpo y extremidades). Si el accidentado está consciente y puede colaborar, se le indica que se ponga rígido, intentando que su cuerpo se comporte como un bloque.
Pero lo mejor es no realizarle movimientos. No tocarlo ya que podría originarse una lesión medular que no existía. Esperar la llegada de la ambulancia y del personal médico cualificado.  

Ø  Traumatismos torácicos

En los accidentes de tráfico, el tórax supone el 25% de los traumatismos y la afectación torácica es uno de los componentes en un 50%.
Los traumatismos torácicos afectan a muchas estructuras:
·         Óseas
·         Pleura y pulmones
·         Corazón y grandes vasos
·         Diafragma
Existen dos tipos de traumatismos torácicos:
·         Abiertos: comunicación entre exterior y cavidad torácica.
·         Cerrados: la pleura está íntegra sin comunicación con el exterior.
Lesión pleural:
·        Neumotórax: acúmulo de aire en cavidad pleural por rotura de esta capa.
·        Hemotórax y hemomediastino: acúmulo de sangre en pulmón y mediastino.
·      Enfisema subcutáneo: acúmulo de aire en tejido celular subcutáneo a nivel del cuello.
Lesiones traqueobronquiales: son poco frecuentes pero muy graves por fuga de aire produciendo fenómenos compresivos.
Lesiones cardíacas: cuando hay roturas de corazón y grandes vasos son de máxima gravedad por la gran cantidad de sangre que se puede perder.
Lesiones del diafragma: suelen producirse por agentes penetrantes.
Lesiones esofágicas: son graves debido a que se suelen descubrir tardíamente.
Lesiones pulmonares: separación de lóbulos, desgarros, hematomas y contusiones.

Ø  Traumatismos abdominales


Pueden estar producidos por traumatismos directos o por heridas penetrantes. Pueden ser en vísceras huecas (estómago, duodeno, intestino delgado y grueso, etc.) o vísceras macizas (hígado, páncreas y bazo que es el más frecuentemente afectado).

En muchas ocasiones, su gravedad viene determinada por la tardanza en el diagnóstico, debido a que inicialmente muchas lesiones intraabdominales no producen síntomas, y sólo cuando se ha perdido bastante sangre, o se produce una infección, al cabo de varias horas, se detecta una rotura de víscera maciza o hueca. Por eso, es prudente que ante todo politraumatizado se le mantenga en observación hospitalaria durante unas horas para valorar su evolución.

Causas de traumatismos abdominales

Son traumatismos causados por navajas, cuchillos, armas blancas en general, balas, cristales, explosiones, caídas desde cierta altura, compresiones directas, aplastamientos sobre columna vertebral o sacro. Aunque en muchas ocasiones no se producen síntomas inmediatamente, los signos más importantes pueden ser:

·         Hemorragia externa (puede ser muy abundante).

·         Dolor en el punto del traumatismo, o generalizado.

·         Salida al exterior de masas intestinales.

Causas

Uno de los mecanismos de producción más importante de traumatismos son los accidentes de tráfico
Constituyen un 10% de los ingresos hospitalarios.
También hay que destacar los accidentes de trabajo.
Se producen desde simples magulladuras hasta importantes amputaciones de miembros.
Es importante la prevención de los mismos, tomando las medidas oportunas para determinados puestos de trabajo que implican cierto riesgo. Y el conocimiento de unos primeros auxilios para una ayuda inmediata y rápida.
Hoy día, se tienen muy en cuenta los accidentes de las amas de casa y los de la población infantil.
También hay que destacar las peleas y agresiones con importantes consecuencias, estéticas y funcionales.
 
Objetivos de los primeros auxilios:
  •  Que haya una buena ventilación.
  • Controlar la existencia de pulsos periféricos.
  • Suprimir la compresión.  
  • Si no hay shock, el sujeto se suele encontrar mejor con el dorso más alto, semiincorporado.  
  • No retirar objetos punzantes. 
  • Aplicar compresión. Intentar cohibir la sangre de la herida.
  • Traslado urgente (entre otros motivos, porque se puede hacer muy poco por el accidentado fuera de un hospital).
  • Cubrir las masas abdominales del exterior con grandes trapos o sábanas, sin introducirlas en el abdomen y sin manosear mucho, para evitar la infección posterior.
  • No dar nada por vía oral (alimentos, agua o medicación).
  • El enfermo se encuentra mejor apoyado sobre la espalda y las extremidades inferiores semiflexionadas.

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